Las flores o plantas se cortan en su momento de máximo esplendor y belleza. Una vez cortadas se introducen en unos recipientes que contienen un líquido formado por un nuevo tipo de savia natural, agua y estabilizantes
La fórmula utilizada es 100% a base de plantas y biodegradable.
Durante el proceso de absorción del líquido preservante, la savia natural se evapora, y es reemplazada por dicha fórmula.
El líquido preservante reemplaza la savia y agua de la planta o flor para formar una imagen estática de la naturaleza y creando un producto sin igual 100% natural.
Al finalizar el proceso de estabilización las plantas o flores se dejan secar en unas cámaras especiales durante varios días.
Una vez transcurridos, se procede a realizar un esmerado control de limpieza para eliminar cualquier rastro de hoja seca o deteriorada. El control de calidad es sumamente minucioso para garantizar la máxima belleza de la planta/flor.
Las flores frescas tienen muchas posibilidades ornamentales, pero en pocos días, comienzan a marchitarse perdiendo toda su vistosidad y hermosura.